Nuestro patrimonio cultural
Pedro Oliván
Voy a intentar desarrollar y
compartir con nuestros lectores de El Pimendón unas reflexiones y
consideraciones sobre este concepto tan complejo como es el de “patrimonio cultural”, que entraña las señas de identidad en la vida de
cualquier comunidad humana organizada.
Las señas de identidad de Robres son múltiples y
valiosas y evidencian, sin duda, la
existencia y pervivencia de un vigoroso patrimonio cultural.
Iglesia parroquial Nª Sª de la Asunción |
Cruz procesional |
Para aproximarnos ya al tema voy
a utilizar un concepto más claro como es el de “patrimonio familiar”.
El patrimonio familiar viene
constituido por el conjunto de bienes
muebles e inmuebles que nos legan nuestros padres o nuestros antepasados
en la forma en que ellos y las leyes determinan.
En el patrimonio cultural hablamos,
sin embargo, de un conjunto de bienes
culturales, de carácter material o inmaterial,
que nos dejan y transmiten nuestros antepasados sin determinación alguna
y en base a nuestras vivencias y convicciones colectivas. Son las formas de
vida, las costumbres, los festejos, las tradiciones populares de nuestro pueblo
que perviven en el tiempo de forma similar o diferenciada a otros pueblos sin
que apenas nos demos cuenta de ello.
Mas la clave y el fundamento de
este conjunto de actividades reiteradas que constituyen nuestro patrimonio
cultural es que tienen un carácter colectivo: fueron nuestro antepasados
quienes las recibieron, las conservaron, las disfrutaron y recrearon. Y somos
ahora nosotros quienes las encontramos, conservamos, disfrutamos y vamos
recreándolas colectivamente también.
¿ De qué patrimonio cultural y de
qué bienes culturales estamos hablando?. Permitidme hacer una relación bastante
aproximada de cada uno de ellos, aun a riesgo de omitir involuntariamente
alguno importante:
Tambor de piedra |
- Como bienes culturales materiales (arqueológicos,
arquitectónícos, artísticos, etnográficos, naturales e históricos) están
el Conjunto arqueológico del Castellazo, las ruinas de San Blas el viejo,
las casetas y parideras en nuestro monte, los tambores de piedra, los grabados
del abrigo de las Peñas en San
Ruinas de San Blas el Viejo Dance de Embajadores - Como bienes
culturales inmateriales: el Dance de Embajadores, las romerías a la Virgen
de Magallón en el monte de Leciñena y a San Gregorio, las hogueras, la
matacía *, las fiestas patronales de invierno y de verano *, la liturgia y
costumbres religiosas * como
Todosantos, las novenas y celebraciones festivas de algunos santo/as y
denominaciones marianas, las capillas itinerantes por las casas, la
argolla de San Blas. (Destaco con
asterisco * aquellas que están sufriendo transformaciones)
- Otras recientemente desaparecidas como las
enramadas de los quintos el 1º de Mayo, las rondas de los mozos a las
mozas en las fiestas, la esquillada nocturna en la boda de los viudo/as,
la bendición de las casas y recogida de huevos el lunes de Pascua....
Gaita de boto restaurada |
A partir de estas consideraciones
cabe ahora plantear algunas reflexiones sobre qué podríamos hacer, qué deberíamos
hacer y qué estamos dispuestos a hacer colectivamente con nuestro patrimonio
cultural. Y cuando digo colectivamente quiero decir que se haga de forma
abierta a la participación voluntaria de los vecino/as interesado/as, con el
respeto a lo aportado por quienes nos han precedido en el pasado y con el
compromiso de darlo a conocer y legarlo a nuestros sucesores.
Vivimos tiempos de
transformaciones profundas y rápidas en un sociedad globalizada que nos pueden
onubilar y confundir en la identificación y defensa de valores sociales,
culturales, políticos o económicos. Transformaciones vertiginosas que nos
pueden generar contradicciones personales entre lo emocional, lo cultural, lo
económico y lo político difíciles de resolver y de adoptar una postura personal
clara.
Museo Etnológico |
Pero como ya he dicho antes,
nuestro patrimonio cultural es múltiple, variado y valioso en su conjunto, a
pesar de que no tengamos algo de transcendencia singular a nivel regional o
nacional. Pero son nuestros bienes culturales, nuestras señas de identidad y
como tales debemos saber valorarlos.
Museo Etnológico |
Desde la Asociación Cultural El Pimendón venimos
trabajando en este objetivo de investigar, dar a conocer, mantener y transmitir
nuestro patrimonio cultural en estos 28
años de existencia siendo muy
conscientes de que sería una labor
infructuosa si no estuviese compartida por la inmensa mayoría de los vecinos y
vecinas de Robres tanto a nivel
individual como a nivel institucional de Ayuntamiento, Parroquia y
Asociaciones, que es donde radica ese sentimiento colectivo tan peculiar de
Robres.
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ROBRES EN EL PASADO
Julia Justes Floría. Arqueóloga
Poder reconstruir el pasado de una comunidad humana, sus inicios, evolución, la búsqueda del lugar más adecuado para garantizar su sustento y protección… es el objetivo de la arqueología. En este breve acercamiento al pasado de Robres y su territorio vamos a conocer los diferentes lugares que eligieron para vivir. Y para ello me basaré en el conocimiento que tenemos de varios yacimientos arqueológicos situados tanto en la Sierra como en el llano que se extiende a sus pies.
Julia Justes
El punto en el que hemos localizado los restos más antiguos pertenecientes a un grupo humano más o menos estable que pobló el sector oeste de la sierra de Robres es un cerro de acusadas pendientes, situado junto a san Blas el Viejo, denominado la Loma de Oto. En este lugar, un pequeño grupo de agricultores/cazadores estableció un poblado de cabañas circulares dentro del contexto cultural de la última fase del calcolítico y primeras etapas de la Edad del Bronce (2000 - 1500 a d C)[1].
Linea de tiempo de los principales yacimientos arqueológicos en el T.M. de Robres
Avanzando en el tiempo, el segundo lugar en el que hemos observado restos arqueológicos dentro de lo que hoy es el término de Robres es un cabezo de superficie plana y fácil defensa denominado el Muidor. Sobre el cabezo, cercano a la balsa de la Sierra, se adivina un poblado de casas rectangulares, adosadas unas a otras, con una balsa central, todo ello protegido por muralla y foso exterior. Las diferencias respecto a la Loma de Oto son muy importantes. La primera, y fundamental, su cronología, ya que el hábitat del Muidor es casi mil años más reciente. La segunda diferencia es el periodo de vida de los poblados, en la loma de Oto el poblado fue ocupado durante un periodo largo de tiempo. En el caso del Muidor nace y se abandona en un único contexto cultural: la primera edad del Hierro, en torno al 500-400 a d C.
Muy diferente es el caso del Castellazo, cuyas primera cabañas se construyeron en la misma época que las del Muidor, pero que sus buenas condiciones de defensa, proximidad a territorios de caza y terrenos cultivables hicieron que el Castellazo tuviera una “vida” mucho más larga.
La etapa más antigua que hemos identificado en el cerro del Catellazo y sus alrededores es un pequeño conjunto de cabañas en la ladera este del cerro. Estas gentes se enteraron en el cementerio que se encuentra junto a la balsa, y para ello construyeron tumbas de unas características concretas: el difunto era incinerado y sus cenizas depositadas en una urna que a su vez se colocaba en el interior de una estructura circular o cuadrada que se cubrirá por un montículo de tierra a modo de túmulo, todo ello delimitado por un sencillo muro de pequeñas piedras irregulares. Hoy, 2500 años después de realizar estos enterramientos, los túmulos han desaparecido por la erosión y solamente conservamos los círculos o cuadrados de piedras que protegen las urnas con las cenizas de los difuntos. Este ritual de incineración que perduró hasta la etapa romana en todo el valle del Ebro (siglo III d C) parece ser una costumbre venida del otro lado de los Pirineos, se difundió siguiendo el curso de los ríos Segre y Cinca, adentrándose hasta la tierras de Monegros, siendo el Castellazo un hito interesante en la difusión de este rito funerario. En 1975-76, un equipo dirigido por Vicente Baldellou excavó varios de los túmulos del Catellazo. Durante varias décadas los resultados de esta excavación han sido un referente en Aragón para el conocimiento de las características de la cultura de los “campos de urnas” de Monegros[2].
Panel informativo colocado en el Campo de urnas (Necrópolis)
Por suerte la Asoc. cultural el Pimendón se ha preocupado de preservar esta necrópolis, colocando hace una decena de años un vallado protector y recientemente un cartel que destaca el interés cultural del yacimiento del Castellazo.
El dato que hace diferente y de gran interés histórico al Castellazo es que fue ocupado en diferentes fases culturales. Las poblaciones de la primera edad del hierro adoptaron nuevos usos y costumbres propios de los grupos de cultura ibérica que poblaron estas tierras entre los siglos III - I a. d C. En esta fase la población eligió para levantar sus cabañas un terreno llano que se extiende al N de la vieja necrópolis. Pero además continuaron habitando en el puntiagudo cerro. En el que construyeron murallas y otras estructuras que aseguraran su protección.
Tras la llegada de los romanos y la paz por ellos impuesta (S. I d C), ya no es primordial la defensa de los poblados, por ello y aunque es posible que un pequeño grupo humano continuara viviendo a los pies del cabezo del Castellazo, entre los siglos I y III d C la población prefiere instalarse en pequeñas granjas, situadas en terreno más o menos llano que permitían la explotación agrícola del territorio que las rodeaba. Hasta cinco de estos enclaves, se distribuyen de forma regular por la tierra llana que se extiende al este de la Sierra: Alecones, Camino de Senés, Loma de la Cofradía, Piscopa y Plan de Burro. Es decir a partir del siglo I d C, se abandona la Sierra y la población se desplaza hacia el llano, en un hábitat disperso y sin ningún afán defensivo.
No será hasta la etapa altomedieval andalusí (siglos VIII al XI d C.) cuando la pugna entre los diferentes grupos de cultura musulmana primero, y posteriormente entre estos y los cristianos, ocasionaron una etapa fuertemente militarizada, obligando a la población a buscar de nuevo refugio en la Sierra y en concreto en el Castellazo. De esta etapa alto medieval la atalaya del Castellazo conserva una cisterna de hormigón en la parte superior y algunos fragmentos de vasijas dispersos por la ladera sur.
Todavía es una incógnita cuando se estableció de forma definitiva la población en el actual Robres. Es posible que sobre los restos de una antigua villa (granja) romana, posteriormente reconvertida en almunia musulmana, se construyera “Robres” con la población que abandona la Sierra, ya de forma definitiva, en torno al siglo XII. Solamente la arqueología tiene solución a esta incógnita, y su respuesta es otra historia…
Como vemos el término municipal de Robres guarda en su territorio las huellas de su pasado, os invito a conocerlo pero siempre desde un profundo respeto hacia las huellas de nuestros antepasados. Observad, mirad y tocad vuestra historia pero aseguraros que tras vuestra visita todo se quede como estaba. Una comunidad que valora y preserva su pasado da muestra de su riqueza cultural, haciendo a esa comunidad única e irrepetible.
[1] Todas las fechas mencionados en este artículo, menos las que aporta la necrópolis del Castellazo, son orientativas puesto solo tenemos un conocimiento superficial de estos yacimientos
[2] (V. BALDELLOU, J.L. MAYA (1993) "excavaciones en la necrópolis de el Castellazo (Robres, Huesca)". Homenaje a Miguel Tarradell, Barcelona. pp. 397 (editado))
No será hasta la etapa altomedieval andalusí (siglos VIII al XI d C.) cuando la pugna entre los diferentes grupos de cultura musulmana primero, y posteriormente entre estos y los cristianos, ocasionaron una etapa fuertemente militarizada, obligando a la población a buscar de nuevo refugio en la Sierra y en concreto en el Castellazo. De esta etapa alto medieval la atalaya del Castellazo conserva una cisterna de hormigón en la parte superior y algunos fragmentos de vasijas dispersos por la ladera sur.
Todavía es una incógnita cuando se estableció de forma definitiva la población en el actual Robres. Es posible que sobre los restos de una antigua villa (granja) romana, posteriormente reconvertida en almunia musulmana, se construyera “Robres” con la población que abandona la Sierra, ya de forma definitiva, en torno al siglo XII. Solamente la arqueología tiene solución a esta incógnita, y su respuesta es otra historia…
Como vemos el término municipal de Robres guarda en su territorio las huellas de su pasado, os invito a conocerlo pero siempre desde un profundo respeto hacia las huellas de nuestros antepasados. Observad, mirad y tocad vuestra historia pero aseguraros que tras vuestra visita todo se quede como estaba. Una comunidad que valora y preserva su pasado da muestra de su riqueza cultural, haciendo a esa comunidad única e irrepetible.
[1] Todas las fechas mencionados en este artículo, menos las que aporta la necrópolis del Castellazo, son orientativas puesto solo tenemos un conocimiento superficial de estos yacimientos
[2] (V. BALDELLOU, J.L. MAYA (1993) "excavaciones en la necrópolis de el Castellazo (Robres, Huesca)". Homenaje a Miguel Tarradell, Barcelona. pp. 397 (editado))
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EL ARTE MUDÉJAR EN LOS
MONEGROS
CARLOS RODRÍGUEZ SÁNCHEZ
Casi
todo el mundo a lo largo de su vida habrá oído hablar del arte mudéjar. Y más
en Aragón, donde tenemos los bellos ejemplos de las torres-campanario de Teruel
y de la Aljafería y la “parroquieta” de la Seo en Zaragoza. ¿Y en nuestra
comarca? ¿Podemos encontrar algún ejemplo del arte mudéjar? La respuesta es sí,
claro que sí.
Quizá,
ahora, les asalte la duda, pero, ¿quiénes eran estos mudéjares y qué fue lo que
hicieron? Pues bien, los mudéjares fueron las personas de religión musulmana
que decidieron quedarse a vivir en las tierras de la península ibérica, a pesar
del proceso de conquista y posterior dominio cristiano que abarcó gran parte de
la Edad Media española. La misma palabra “mudéjar” deriva del vocablo árabe
“mudayyan” que significa: “Aquel a quien han permitido quedarse”. Por lo tanto, el arte mudéjar es una mezcla de
los estilos arquitectónicos europeos de la época: románico, gótico y
renacentista, con los materiales y estilos decorativos musulmanes. Este arte es
un fiel reflejo de los siglos de convivencia pacífica entre los cristianos y
los musulmanes hispanos, no todo en la época fue guerrear y saquear.
En
Aragón fueron una comunidad enorme, se dice que llegaron a ser un 10% de la
población total del reino. Se establecieron principalmente en las vegas de los
ríos Ebro, Jalón y Jiloca. Pero también llegaron hasta nuestros Monegros, donde
dejaron su huella en al menos diez pueblos y en once construcciones religiosas.
Casi todas ellas situadas en la parte sur de la comarca, extendiéndose a ambos
lados de la Sierra de Alcubierre. Para situarlos en el tiempo, he de decir, que
vivieron en la península ibérica desde el año 711 al 1609. Aunque en Los
Monegros su periodo de acción fue menor y más tardío, entre los siglos XIV y
XVII.
Los
mudéjares vivían en aljamas o morerías, que eran unos barrios exclusivos para la
población de religión musulmana. No estaban marginados, ya que mantenían una
gran relación comercial con los cristianos y con los demás musulmanes que
vivían a orillas del mar Mediterráneo. La profesión mayoritaria de los
mudéjares era la de hortelanos y labriegos, pero, bien es sabido, que eran unos
expertos artesanos en los campos del cuero, del metal, de la cerámica y de la
madera. Aunque si por algo destacaron los mudéjares fue por su estilo
constructivo, porque eran unos grandes maestros de obras y unos albañiles muy
aplicados.
La
norma habitual en el arte mudéjar fue el empleo de materiales “pobres” en sus
construcciones. El ladrillo fue su material por excelencia, lo usaban tanto para
los elementos constructivos, muros y pilares, como para la decoración. Uno de
los ejemplos del uso del ladrillo, lo tenemos muy cerca, en las torres de las
iglesias de Alcubierre y Torralba de Aragón. También utilizaban el yeso, la
cerámica y la madera como elementos decorativos. Aunque en Leciñena se da el
curioso caso de la torre de su iglesia, que fue construida en yeso y enlucida
en ladrillo, aunque está es una gran excepción y curiosidad dentro del mundo
mudéjar.
Para
los mudéjares la decoración era muy importante. No era algo que sirviera para
rellenar, o como complemento. Todo lo contrario, la decoración era la esencia
de su arte. Decoraban cada rincón de sus construcciones, sin apenas dejar un
hueco. Hay cientos de tipos de decoraciones mudéjares. Las cuales podemos
resumir en tres grandes grupos: formas geométricas, vegetales y caligráficas.
En Los Monegros vamos a encontrarnos básicamente con la decoración conocida
como “paño de rombos”, donde una serie de rombos del mismo tamaño forman una
cenefa. La decoración que hallamos en Los Monegros es toda exterior, con algunas
excepciones, como la iglesia de Robres o la de Castelflorite donde si localizamos
decoración interior pintada.
Como
he remarcado antes, no hace falta salir de nuestra comarca para deleitarnos
ante las construcciones mudéjares, porque existe en diez de nuestros pueblos.
Encontraremos mudéjar en la ermita y en la iglesia de Perdiguera, y en las
iglesias de Leciñena, Alcubierre, Torralba de Aragón, Robres, Poleñino, La
Almolda, Valfarta, Bujaraloz y Castelflorite. No son iglesias mudéjares al
completo, porque como en todo edificio antiguo han ido sufriendo diferentes
remodelaciones. Este es el caso que ocupa a la iglesia de la Asunción de
Robres, que pese a estar construida originariamente en mudéjar del siglo XIV,
el más antiguo de todos Los Monegros, fue recubierta en el siglo XVIII por una
reforma neoclásica que ocultó todas sus preciosas decoraciones. Dentro del
mudéjar monegrino destacan las torres de Alcubierre y Torralba de Aragón, por
su belleza y por ser arquetípicas del estilo mudéjar. También son dignas de
mención las yeserías que encontramos en la iglesia de Bujaraloz y en la ermita
de Perdiguera. Mientras que en Castelflorite, La Almolda, Valfarta y Robres
podemos presenciar unas preciosas decoraciones pintadas con motivos geométricos
y vegetales.
Si
este artículo ha despertado su interés y quiere conocer más acerca del mudéjar
en Los Monegros y en Aragón, les recomiendo visitar la página web: www.aragonmudejar.com.
Aunque para una mejor experiencia, les invito a visitarlas en persona.
¡Nuestros Monegros merecen mucho la pena!
Decoración de paños de rombos, típica del mudéjar monegrino |
Torre iglesia de Leciñena, siglo XVI.
Torre
de la Iglesia de Alcubierre, siglo XVI.
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Todos hemos quedado sorprendidos y hemos admirado las
guirnaldas de flores con que han sido adornadas cerca de 70 farolas de nuestras
calles, el parterre de la salida a Zaragoza y el gigantesco árbol de Navidad en
El Plegadero. Pero no todos sabéis cómo surgió ese proyecto, cómo se ha
planificado y ejecutado, cuánto material se ha utilizado, cuántas personas han
colaborado, cuántas horas y días han dedicado a su realización….
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Halloween
Ruth Capistros
La tarde del pasado 31 de octubre las calles de Robres
se llenaron de pequeñas brujas, vampiros, hombres lobo y todo tipo de criaturas
de la noche, que con el conjuro de "truco o trato" fueron llenando
sus calabazas de caramelos...gominolas....
¡Era Halloween!
Este
Halloween fue muy completo. Comenzamos la tarde con un taller del maquillaje,
todo aquel que quiso completar su disfraz de Halloween con un buen maquillaje
se acercó y fue maquillado.
A
continuación, una actividad titulada: “Magia o brujería”: los niños llegaban al
laboratorio de un científico-brujico muy peculiar, el cual había recibido el
encargo de preparar unos ingredientes para unas brujas. Fueron 6 experimentos basado en reacciones
químicas sencillas, pero simulando que preparábamos ingredientes extraños: pis
de hada( fluidos de diferentes densidades y colores), ojos saltarines de sirena
tuerta(bolas que se saltan en el agua cuando echamos una pastilla
efervescente), nieve del desierto maldito(el polímero de los pañales es un polvo y al mojarse aumenta muchísimo su
volumen y tiene una textura similar a LA NIEVE), baba de ogro(slime preparado
con cola y bórax), leche de lombriz (leche en la que dibujamos formas con
colorante y jabón). Los niños ayudaban a mezclar ingredientes, una vez
preparados los metimos en una caja para enviarlos por mensajero.
Terminado el
taller, ya había oscurecido y salimos a buscar las chuches por todo el pueblo.
A la vuelta
nos esperaba una sorpresa, las brujas estaban en la plaza preparando su poción,
con los ingredientes que les habíamos enviado, pero pedían nuestra ayuda para
completarla. Entregaron a cada niño una tarjeta, en las tarjetas aparecían
diferentes
ingredientes, (pelo de rata, tripas de zombi, dedos de momia…)
Debíamos entrar a oscuras a la casa del terror e ir metiendo la mano en
diferentes agujeros y adivinar que ingrediente en cuál de ellos se hallaba el
ingrediente que nos había pedido. En definitiva, pasar un rato entre divertido
y terrorífico ya que tocan cosas que no saben lo que son y la imaginación juega
malas pasadas.
Para
terminar la noche las brujas repartieron ENTRE TODOS UN POQUITO DE SU POCION
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TALLER DE
ADORNOS NAVIDEÑOS
Os vais a sorprender y creo que merece la pena informaros al
respecto. Para ello me puse en contacto con la
coordinadora y artista central del proyecto, Mª Teresa Alcubierre.
Me dice que, en realidad, la idea original surgió el año
pasado al proponer la Alcaldesa Olga la
idea de formar un gran árbol de navidad con material reciclado como botellas de
plástico, tetrabriks… La idea gustó y se pusieron a trabajar en ella
improvisando los pasos sobre la marcha y
apremiadas por el tiempo para ejecutarlo. Pero se empeñaron y lo
consiguieron dando una gran sorpresa a todos.
Quedaron muy satisfechas de la obra y guardaron los
materiales con la idea de volverlo a montar este año. Pero al retomar el tema
ya en verano empezó a pensar en algo que lo mejorase y ampliase a otras zonas y
calles del pueblo. Y, ¡eureka!, surgió la idea de las guirnaldas de flores de
plástico en colores y colocarlas en las farolas de las calles.
En cuanto vio factible el proyecto y la aceptación y
respaldo del Ayuntamiento se empezó a organizar
la recogida de botellas de plástico transparente y de tetrabriks por
parte del Ayuntamiento y se informó a todas las mujeres para que colaborasen en
el proyecto.
A mediados de octubre se montó el taller en un local de las
escuelas viejas y se empezó a trabajar todas las tardes de lunes a viernes y de
5 a 8. Los primeros días fueron de aprendizaje y organización de las tareas a
realizar: corte de cada botella en 3 partes diferentes, manipulación de cada
parte para realizar los pétalos, el pistilo y el tallo de cada flor,
ensartarlas luego para montar la guirnalda…
Una vez
explicadas las pautas y las fases del
montaje ya empezó el taller a trabajar cada día y unas enseñaban a otras, pues
la asistencia podía variar cada día en función de las situaciones personales ya
que han sido unas 30 mujeres las que han colaborado en el proyecto.
Mª Teresa se encargaba de pintar por la mañana los pétalos
que le habían recortado el día anterior y los dejaba disponibles para que fueran montando cada flor por la tarde. La
tarea se iba realizando en un clima muy relajado y distendido compartiendo la
repostería que una u otra llevaba para acompañar al café con leche de la
merienda.
Se han adornado 70 farolas con una guirnalda de 18 flores cada una, es decir: 1.260
flores. Para ello han requerido cerca de
2.000 botellas cortadas en tres partes y recortando a su vez cada pieza.
Para el árbol se ha hecho una estructura metálica nueva en
forma de mecano piramidal sobre el
que se ha colocado una manta de celulosa trasparente. Sobre esa manta se
ha colocado una malla de gallinero para
facilitar la fijación de los adornos que
han consistido en tiras alternas de tetrabriks y bandas de flores de colores
más las líneas de iluminación. Unos 1.000 envases de tetrabriks recortados y
900 botellas de plástico se requirieron para adornar el árbol. Tanto el montaje del árbol, harto complicado, como la instalación de las guirnaldas en las 70
farolas fue realizado por los empleados
municipales Alfredo y Dani con gran meticulosidad.
El material del año pasado se aprovechó para enriquecer los
adornos transversales de las calles.
Cuando el día 8 de diciembre se inauguró la iluminación del
árbol navideño gigante y las guirnaldas de las farolas Mª Teresa y ese grupo de una treintena de mujeres
colaboradoras vivieron sin duda unos momentos de alegría y satisfacción muy especial. Alegría y satisfacción que
revivieron en la comida en La Plana
obsequiadas por el Ayuntamiento y el agradecimiento de todos que les queremos transmitir desde
esta líneas.
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TALLERES PARA NIÑ@S
Estas Navidades Culturales han sido muy completas sobre todo
para los niñ@s, ya que se han realizado diversos talleres y actividades desde
la Biblioteca; para fomentar la lectura.
En el taller de botas de Navidad hicieron los niños con
fieltro su propia bota para colgarla en el árbol y así Papa Noel o los Reyes
Magos se la llenen de caramelos.
También hicimos la lectura del ¨Cuento de Navidad¨ con taller
de cartas a los Reyes Magos y Papa Noel y las metieron en sobres que ellos
mismos decoraron en forma de reno.
Otro miércoles se representó el cuento ¨El cascanueces¨ con
títeres de papel, en la que se divirtieron muchísimo, después se hizo con una
pinza de la ropa el propio protagonista del cuento; hasta los más pequeños lo
pintaron y pegaron ¡genial!
El miércoles de los Santos Inocentes vino la profesora de
inglés que les da por las tardes a leer varios cuentos en inglés y se las
ingenió para que todos colaboraran en la representación de los personajes de
cada uno; todos participaron y se lo pasaron súper bien!.
Y pasadas ya las Navidades pero porque no se pudo antes, nos
visitó la escritora de maravillosos cuentos infantiles; Sandra Araguás: nos
contó un montón de cuentos cada uno de una forma: cantados, imitados,
representados, y todos ellos con la colaboración de los niñ@s y padres; nos quedamos embobados de
lo mágicos y divertidos que eran. Cuando terminó nos firmó sus libros. Así que
todo el que quiera leer alguno de ella o de otros escritores tan solo tiene que
visitarnos a la Biblioteca Pública de Robres que con mucho cariño le
recibiremos.