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28 may 2019

La Charanga de Robres


La Charanga de Robres 


35 AÑOS POR LAS CALLES Y LOS ESCENARIOS DE LOS PUEBLOS DE ARAGÓN Y MÁS ALLÁ.
Roberto Serrano Barrio


Hoy ya se puede decir que la Charanga de Robres ha bajado el telón, ha dado fin a 35 años de actividad que podríamos calificar como febril, porque mirando con perspectiva lo que han hecho estos músicos aficionados de nuestro pueblo merece la pena ser puesto en valor. Primero porque también ellos han llevado el nombre de Robres a rincones insospechados dejando un buen sabor de boca y en muchas ocasiones buenas amistades. En segundo lugar porque estas dotes musicales cultivadas en la postguerra son casi un milagro, tanto en su origen como en su tardío ocaso. La música tiene algo de mágico, de terapéutico, de vital, pero los componentes de la Charanga de Robres también. No es raro que juntos hayan dado tantas alegrías, tantos años de buenos ratos, para ellos mismos y para quienes les han escuchado, que no han sido pocos. Merece la pena que no sean pasto del olvido y por ello este documento escrito.


No son muchos los datos precisos que se conservan de esta larga trayectoria de 35 años, pero los que se conservan son realmente sorprendentes. Los iremos desgranando a lo largo del artículo y complementando con otras fuentes de información.


El contenido de esta retrospectiva tiene tres fuentes principales: la primera, los recuerdos que desgranaron algunos de los protagonistas en amena conversación mantenida eso sí, después de un suculento almuerzo de sábado en Robres en el mes de enero de 2019: Antonio Serrano, Mariano Tolosana y José María Bretos, los últimos componentes del grupo y los que tomaron la serena decisión de que el grupo ya no podía continuar. La segunda fuente, las anotaciones que Lida Barrio, esposa de Antonio Serrano, fue haciendo durante 20 años de la actividad de la Charanga (se podría decir que fue su escriba) y que fueron encontradas en un cajón de una vieja mesa de despacho que iba a ser restaurada: fechas, lugares, ingresos y gastos. Y la tercera fuente, la selectiva memoria de quien escribe este artículo, Roberto Serrano, hijo de Antonio y de Lida y que no ha podido evitar una mirada subjetiva de este fenómeno, llena de admiración y teñida de su propia interpretación de lo que fue pasando en su entorno más cercano, por lo que no podrá considerarse un texto estrictamente histórico. Siento si alguien no se ve reflejado, o se ve mal reflejado, o demasiado significado. Esta es mi interpretación de los hechos y con ella quiero rendir homenaje a estos músicos aficionados que soñaban con la música mientras sudaban su sustento en el campo o en el taller o en la oficina.

LOS ORÍGENES
Ya en el número 3 de nuestro periódico, allá por el año 1989, se recoge la creación de la Charanga de Robres y se fija en el año 1980, con motivo de la recuperación del Dance de Embajadores de Robres y la necesidad de acompañar musicalmente al mismo. Charanga y Dance vivirán en paralelo unos cuantos años; fueron el uno para el otro esenciales. Esta convivencia fraterna se alargó hasta que las gaitas pudieron sustituir a la charanga, corría el año 1996; en el 95 interpretaron la música del Dance los gaiteros de la escuela municipal de Zaragoza, entre los que estaban los gaiteros de Robres, la Charanga (representada por Jaime Villafranca, Mariano Tolosana y Lorenzo Serrano) y el coro parroquial. A partir del noventa y seis el Dance pasaría para ellos a un segundo plano. Lógicamente, la actividad de la charanga se fue intensificando y separando del Dance para cobrar vida propia.
En aquellos momentos, los orígenes, componían la charanga: Fernando Luna, Pascual Gracia, Óscar Brosed, Wenceslao Brosed, Ángel Luna , Mariano Tolosana, Ignacio Torralba y Antonio Serrano, contando con el apoyo esporádico de Antonio y Mariano Luna. Mencionaremos a Lorenzo Serrano que acompañaba al grupo cuando había que interpretar el Dance de Robres.
















Fernando Luna se convirtió en esos momentos en el motor de esta iniciativa; su amor por la música, su entusiasmo y dotes de liderazgo hicieron que a pesar del intento fallido entre 1961 y 1964 (se puede consultar también el número tres de nuestra revista) retomara su pasión por la música con más fuerza que nunca e impulsara esta iniciativa en 1980.


LOS COMPONENTES

Ya hemos hablado de los primeros componentes de la Charanga de Robres pero a lo largo de sus 35 años han pasado muchos músicos y algunas cantantes por sus filas. Lo cierto es que será muy fácil dejar de nombrar a alguno, pero estos son todos los que en la charla conseguimos recordar: Valentín Pisa, Santos, Jaime Villafranca, Adolfo Martínez, Saturnino Sanagustín, Faustino Sanagustín, Alfonso Bernalte, David Elbaile, Octavio Burguete, Lorenzo Burrel, Pedro Revuelta, Úrbez Marco y José María Bretos. Añadimos también a las mujeres que en los últimos años del grupo pusieron su voz al servicio del grupo: Hilenia Maza, Sandra Serrano y Laura Garcés.
Algunos otros actuaron con la charanga a lo largo de estos años pero lo hicieron de manera esporádica, puntual, y su paso por el grupo fue efímero.

ETAPAS Y NOMBRES
La primera etapa del grupo estuvo marcada por la clara idea de ser una charanga para animar fiestas y eventos como romerías, carnavales, manifestaciones u otros en los que participaron. En ese primer momento siempre fueron conocidos como la Charanga de Robres que a la postre ha sido el nombre con el que siempre se les ha recordado, tanto en casa como fuera de casa.
También en esta primera etapa hubo un intento de cambiar el nombre y nombrar el grupo como Orquesta Platería II pero no cuajó, quizá porque el objetivo del grupo en estos inicios nunca fue ser una orquesta para animar el baile, sino ser charanga para animar la calle.
Esta primera etapa podría tener su fin con la pérdida de Fernando Luna, que desgraciadamente para el grupo, murió en accidente de tráfico en el año 1988. Hasta ese momento Fernando había sido el alma y el coordinador del grupo, el que conseguía, gracias a su amplia red de relaciones, el mayor número de actuaciones. Todo en base a acuerdos verbales. Su muerte fue un duro varapalo para el grupo pero el gusanillo de la música y el impacto que el grupo ya había conseguido en la región siguieron actuando cual corriente de agua que arrastra lo que pilla y el grupo consiguió resistir la pérdida. En este momento fue clave para esa continuidad la incorporación con un alto nivel de compromiso de Jaime Villafranca y Adolfo Martínez que ya habían colaborado puntualmente con la charanga en algunas ocasiones.
En estos primeros años hasta la muerte de Fernando el grupo había llegado a actuar 54 veces en un año, el año 87, y haber realizado un máximo de 18 actuaciones en un mes, septiembre de 1988.
Algunos se preguntarán cómo se conservan estos datos y si son fiables, pues bien, todo ello se debe a la labor de Lida Barrio, como he dicho más arriba, que en apoyo al grupo en el que estaba su marido, Antonio Serrano, anotó durante casi veinte años, entre 1985 y 2003, todas las actuaciones que la charanga llevó a cabo, actuaciones que tras la muerte de Fernando Luna cerraba en gran medida Antonio Serrano para que Lida Barrio pudiera llevar la agenda del grupo, su economía y sin saberlo una parte importante de su historia. Dado el detalle de los apuntes no cabe ninguna duda de su fiabilidad.




Esta primera etapa se caracterizó por ser robresinos prácticamente todos los músicos y por suponer el lanzamiento del grupo y la puesta en escena en toda la provincia y en toda la comunidad autónoma.
Las bases sentadas en la primera etapa y la incorporación de Jaime y Adolfo como ya se ha señalado, marcaron el inicio de una segunda etapa, quizá las más fructífera como demuestran los datos reflejados en la artesanal base de datos construida por Lida Barrio. En el año 1993 hay registradas 74 actuaciones, que para un grupo de estas características y dados los trabajos que muchos de ellos tenían, era un porcentaje elevado de días al año. Ese registro es el más elevado de todos los que hay anotados y es por ello que podemos hablar de la etapa más fructífera. Esta segunda etapa además de por la consolidación del grupo se caracteriza porque ya empiezan a formar parte del grupo músicos que no son de Robres, aunque sean muy cercanos al pueblo y a los integrantes de la charanga.
Del año 1994 al año 1996 el grupo desciende el número de actuaciones de manera considerable realizando 33 actuaciones en el 95 y sólo 14 en el año 96. Este momento tiene que ver con otro duro golpe para el grupo y es el abandono de Jaime Villafranca y Adolfo Martínez que prefieren continuar por su cuenta. Esto supuso una crisis importante de la que el grupo tardaría un poco en recuperarse y con su marcha daría fin lo que podríamos considerar la segunda etapa.
La tercera etapa tiene que ver con la reconstrucción del grupo gracias a las incorporaciones de José María Bretos y Faustino Sanagustín, principalmente (habría otras, pero no tan significativas desde mi punto de vista). Hasta el año 1998 no volvería el grupo a recuperar una actividad más acorde con su historia pasada llegando a realizar 41 actuaciones y marcaría un nuevo récord en el mes de septiembre de 1999 con 19 actuaciones en un mes, casi al nivel de una orquesta profesional.
José María Bretos se incorporó al grupo con tan solo 17 años, allá por el año 1996 y no abandonará el grupo hasta su disolución, siendo hasta el final uno de sus pilares fundamentales. Coincidió con Faustino Sanagustín que tenía una amplia experiencia musical y fue un puntal importante en el comienzo de la tercera etapa.
En esta etapa, la más larga, en la que ha primado la estabilidad, es necesario destacar que José María Bretos se fue haciendo con la batuta del grupo, debido a su formación musical, a su juventud, a su talante y a su fidelidad a este grupo. Siendo elevada la diferencia de edad que le separaba del resto de componentes del grupo y que a priori podría haber supuesto una dificultad, desde el principio encajó como pieza de puzzle y fue creciendo con ellos hasta la disolución del grupo.




En la última fase se dan varios elementos importantes que irán cambiando la idiosincrasia del grupo. Se incorporan músicos que no tienen nada que ver con Robres, fichados por su valía musical y por su disposición a tocar en el grupo, aunque todos ellos irán asumiendo la idea del conjunto. La demanda de las comisiones de fiestas, de los ayuntamientos o de cualquier otro grupo que organice los festejos va cambiando y cada vez se solicitan menos las charangas y más las orquestas o en su defecto grupos que aseguren las dos cosas. También las charangas van cambiando su modus operandi, muchos músicos y bajos precios con los que la Charanga de Robres no quiere competir. Esto hace que el grupo vaya derivando a la reconversión en orquesta para baile, encontrando un nicho perfecto en la música para bailar en pareja, para un público cercano a la edad de jubilación (pasodobles, vals, rancheras, tango, rumba, cha cha chá...), al que también se apunta público más joven, pero igualmente bailón. Otro cambio importante en esta tercera etapa fue la manera de contratar. Al principio las comisiones de fiestas se ponían en contacto con alguno de los miembros del grupo y se cerraba un contrato verbal, pero poco a poco esta dinámica fue cambiando y todo pasó a realizarse a través de los representantes musicales para que las administraciones públicas pudieran hacer sus cuentas de una manera más transparente. Esto obligó al grupo a constituirse en Asociación Musical y adoptar el nombre de “Nueva Orquesta”, aunque nunca dejaron de ser conocidos como la Charanga de Robres. También en esto jugó un papel importante la acción de SGAE que empezaba a reclamar derechos de autor y había que estar bien preparados para cualquier eventualidad.
Como se ve esta etapa última fue larga y trabajosa, estable a pesar de los cambios, desde el noventa y seis hasta el dos mil dieciséis, en resumen: nuevos componentes, constituirse como asociación musical, contratos a través de representantes, repertorio adaptado al nuevo nicho de trabajo, las exigencias de la SGAE... han sido 20 años de un éxito mantenido y controlado (no quisieron asumir más de lo que asumieron, aunque habrían podido hacerlo) .
Podemos poner un final preciso a la tercera etapa y por tanto a la historia de la Charanga, el 16 de septiembre de 2016 en Esquedas, como se puede ver en el programa de fiestas de dicho municipio: “00:00 horas. Sesión de baile amenizada por el grupo NUEVA ORQUESTA (¡estamos de estreno!), en la que habrá concurso de disfraces. En el intermedio y como es tradición jugaremos al bingo.”
Está claro que los organizadores no sabían que esta iba a ser la despedida y no el estreno de la Nueva Orquesta.
Mención especial: A pesar de los cambios acontecidos en los 35 años, en los que se incorporan muchos músicos que no eran de Robres, el grupo siempre sigue vinculado a Robres gracias a la incombustibilidad de Ángel Luna (hasta su fallecimiento), Mariano Tolosana, Ignacio Torralba (fallecido más recientemente) y Antonio Serrano (que siguió contando con la colaboración de su esposa, también hasta su fallecimiento, para llevar registro de todo lo que iban trabajando) que permanecieron y permanecieron sin perder la ilusión, a pesar de sufrir pérdidas importantes, abandonos significativos y momentos complicados. Estos hombres han sido los que han amarrado con fuerza la historia de la Charanga de Robres a Robres y se han convertido en su eje vertebrador; sin su continuidad la historia habría sido muy diferente y hoy no hablaríamos de la Charanga de Robres. Quizá la muerte de Ignacio Torralba y la edad que ya tienen los que han superado todas las pruebas fueron los motivos principales para dar fin a esta dilatada experiencia humana y musical.

EL REPERTORIO
No es cuestión de hacer el listado de todo lo que han tocado pero sí hacer algunas observaciones. El repertorio de los primeros años y de la primera etapa, así como de la segunda, varía muy poco, porque todo él es un repertorio para charanga: “si ta pillao la vaca jodete”, “La Mari Carmen no sabe coser”, El Tablón”, “El prisionero”....
Este repertorio se incorporó a la orquesta, es decir, que en la segunda y tercera etapa cuando ya se atrevían con el escenario y no solo con la calle, pasó a ser también repertorio de baile, pero se dieron cuenta de que había que modificar, ampliar, ajustarse a lo que un público más joven pedía y se fueron incorporando canciones del verano y otros éxitos del momento gracias a los arreglos de varios de los componentes pero en especial de José María Bretos.
Otra parte importante de su repertorio, como ya hemos mencionado fueron los dances y digo los dances porque además de tocar el de Robres también acompañaron a los danzantes de Huesca en su sonado viaje a Roma allá por el año 1985. Fue un hecho histórico para el Dance de Huesca, para la ciudad de Huesca y como no, para la Charanga de Robres. Fue el momento más álgido del grupo en su primera etapa y uno de los más importantes de toda su trayectoria.


El periódico local oscense de la época recogería en su edición de esos días los pormenores del viaje y daría detalles de la actividad de la charanga :

“A la hora que transmito esta crónica, las diez y media de la noche, la Charanga de Robres se encuentra ensayando el himno laurentino en los salones del hotel” Rafael Ayerbe Santolaria, Nueva España. El periódico de Huesca. 24 de abril de 1985
“Finalmente los danzantes ejecutaron nuevamente sus bailes en la plaza cantando una jota Carlos Sabando, en todo tiempo con la incansable actividad musiquera de la Charanga de Robres” Rafael Ayerbe Santolaria, Nueva España. El periódico de Huesca. 25 de abril de 1985..
 

INSTRUMENTOS E INTENDENCIA
Relacionado con el tema de las etapas y de los instrumentos habré de decir que la primera etapa y parte de la segunda se caracteriza por ser una música instrumental completamente, la música por las calles no permitía otra opción, toda la música que se tocaba era interpretada en vivo y en directo por los instrumentos típicos de una charanga: saxo alto y tenor, trompeta, bombo, caja, platillos (una mención especial al clarinete que lo incorporaban para acompañar el dance). Con el cambio a la fórmula de orquesta y el hecho de tener que adaptarse a una música para bailar, la charanga tuvo que aprender a tocar sobre una base musical, cosa que ya hacían otras orquestas, pero que a ellos les costó un poco porque sentían que traicionaban la verdadera música. Esta fue una de las cuestiones más importantes que el cambio de guión les exigió y que terminaron asumiendo para seguir disfrutando del escenario y para seguir haciendo felices a los bailarines y bailarinas de los pueblos.
Ya hemos nombrado algunos instrumentos, los típicos de charanga a los que habría que añadir, la batería, el teclado, el trombón de varas y las voces cuando trabajaban como orquesta.
La infraestructura que ha utilizado el grupo ha sido siempre muy modesta, aunque como en todas las iniciativas convenía ir actualizándose. Si al final acabaron con un equipo de luces con varias torres y con un equipo de sonido que aunque antiguo era de calidad fue debido a ese afán por ir adaptándose a los tiempos, a las exigencias del mercado del ocio, de los festejos populares. Y todo el equipo terminó siendo transportado en un camión propiedad de la Asociación Musical. ¡Quién les iba a decir cuando empezaron que terminarían comprando hasta un camión para el transporte del material si antes se habían apañado con el cuatro latas de Mariano, con un carro pequeño enganchado al coche de Ignacio o con la furgoneta de Ignacio!. Cuando ya hubo que pensar en la batería, en el teclado, en la mesa de sonido, en los altavoces, en los micros y en los pies de micros, en las luces... la cosa se empezó a complicar y el espacio a escasear. El primer recurso fue comprar una primera furgoneta que luego cambiarían por el camión y que siempre condujo alguno de ellos después de recoger todo el montaje. No crecieron hasta el punto de tener equipo de montaje o de sonido, todo corría a cargo de los músicos que al final de la sesión se convertían en equipo de desmontaje, como antes de la sesión lo habían sido de montaje y además tenían que conducir de vuelta a casa con horas de sueño pendientes. Y casi con toda seguridad teniendo que enganchar al día siguiente en sus tajos particulares.
Un sobreesfuerzo que afortunadamente nunca les costó ni el más mínimo accidente, a pesar del cansancio, el sueño y los kilómetros, todo ello compensado y estimulado por la alegría y el disfrute de haber llevado alegría y haber hecho que los de tal pueblo disfrutaran de las fiestas como locos.

ACTUACIONES DESTACADAS
La relación de pueblos por los que han pasado en estos 35 años sería muy larga (Zuera, Gratal, Canfranc, Valfonda, Tormos,  Sesa, Tramaced, Almudévar, Monstesusín, Valsalada, San Jorge, Montmesa, Curve, Lanaja, Binéfar, Grañén, Sodeto, Chimillas, Usón, Bespén, Torralba...) . Destacaré, porque así lo hicimos en la charla que mantuvimos, algunos de aquellos lugares que les fueron fieles, que durante muchos años contaron con su música, lugares a los que ellos volvían con satisfacción y de los que guardan un grato recuerdo: Undués de Lerda, Gurrea de Gállego, Villanueva de Gállego, Embún, Ayerbe, Bolea, Plasencia y el Cobertizo, Poleñino, Estada... Pero también llegaron a tocar en Italia, en Francia, en pueblos de Cataluña, de Castilla León y de Castilla La Mancha.
Les pregunto por aquella que elegirían como actuación memorable porque el público les ovacionara, o les pidiera bises sin parar o porque la plaza estaba abarrotada y no era nada pequeña y les viene a la mente de manera rápida la actuación que hicieron en un pequeño pueblo de Soria, Los Villares de Soria, donde la plaza que era bastante grande y estaba llena a rebosar. Fue un quince de mayo, fiestas en honor de San Isidro de mediados de la primera década del siglo XXI. La gente bailó hasta la extenuación. Recuerdan que cuando dejaban la plaza ya de madrugada la furgoneta tenía que avanzar muy lentamente para salir de allí porque el acúmulo de vasos de plástico y de basura que el público había dejado era muy abundante. Aquella noche el público pidió “otras” hasta agotar a los músicos, cosa que no parecía fácil.
Sin extenderme diré que mis recuerdos me hacen interpretar que el viaje a Roma fue para ellos una gran experiencia aunque no fuera, estrictamente una de sus mejores actuaciones.
No podíamos dejar de hablar de las malas experiencias aunque en realidad se quedan con la sensación de que no han quedado mal en ningún sitio, que prácticamente han dejado con buen sabor de boca en todos los lugares por los que han pasado. Dos excepciones: la primera en Villanueva cuando durante un pasacalles uno dijo que esa no era Charanga para actuar en Villanueva; la reacción fue tan airada que a punto estuvieron de marcharse y el ambiente se tensó y permaneció así toda la actuación. La segunda, y ya no recuerdan más, fue en Costean: tenían que empezar a tocar después de cenar, la gente hizo una sobremesa muy larga y empezaron a llegar al baile sobre las tres; entonces la junta les pidió que se quedaran hasta las 6 y ellos les recordaron cuáles eran las condiciones del contrato y que llevaban tocando desde la hora convenida y terminarían a la hora convenida.
Tocar tocaban por placer, porque disfrutaban y de paso añadían a sus economías particulares un suplemento. Empezaron tocando por la cena y terminaron firmando contratos con empresas dedicadas al espectáculo como hemos narrado antes. Pero en la época de los contratos verbales más de una tocata se quedó sin ser cobrada o mejor sin ser pagada, esos fueron los momentos más desagradables, tener que reclamar lo acordado y no recibirlo nunca. Aún hoy llevan cuenta de tres actuaciones que no pudieron llegar a cobrar, se han quedado bien marcadas en su memoria y también cuentan como momentos desagradables en su trayectoria.
MOMENTOS MEMORABLES Y ANÉCDOTAS
Empezaremos este último apartado del artículo por recordar algo que se vivió como una hazaña ya que supuso cinco días seguidos fuera de casa y que los pasaron entre el albergue, el coche y los escenarios. La maratoniana jornada empezó en Jasa con sesión de baile nocturna, después de recoger emprendieron viaje a Undués donde estuvieron dos días a plenos rendimiento con sesión de baile tarde y noche y con pasacalles; después de Undués se dirigieron a Bailo para hacer también sesión de baile y por último a Viella donde después de recoger emprendieron viaje de vuelta para llegar a casa bien entrada la mañana. Fueron cinco días seguidos fuera de casa, con sus cinco noches, y aprendieron que nunca más repetirían esa experiencia por lo que suponía de estar tantos días fuera de casa, pero también porque el cansancio acumulado les hacía estar irascibles y discutir ya al final por cualquier tontería.
En Torres de Alcanadre, una de las primeras veces que hacían sesión de baile, al tocar la Dolores, se quedaron cortados, silenciados, a la mitad, se les notaba que faltaba experiencia en esta nueva modalidad, pero ya eran muchos años de recorrido para arredrarse. El público enmudeció, murmuró, pero ellos se repusieron pronto al descalabro y pudieron reconducir la situación y dejar bien alto el pabellón.
En Setiles, pueblo de Guadalajara, un año les tuvieron que dejar ropa porque hacía un frío helador, pero mientras la mayoría del grupo consiguió ropa adecuada para no desentonar mucho con lo que llevaban, pareciendo ir todos uniformados, hubo dos componentes a los que les tocaron piezas muy coloridas y fueron dando la “nota” o el “cante” todo el pasacalles. Entre ellos no paraban de reírse de la facha de los compañeros coloridos lo que dio a alguna que otra nota fuera de lugar.
En una actuación como charanga en Sabadell, en la que después de reunirse todos en un punto eran trasladados en autobús al lugar donde iba a tener lugar el pasacalles, tuvo lugar una anécdota de las que recuerdan entre risas. El recorrido del autobús no debía ser corto porque hizo una parada. Uno de los componentes del grupo bajó sin avisar y se entretuvo orinando en los alrededores; cuando se dio cuenta el autobús había arrancado. No tuvo más opción que parar un coche particular y pedirle que siguiera al autobús porque nadie se había dado cuenta de que no estaba en el autobús y el autobús no paraba. Al final los miembros de la charanga al ver la conducta del coche que les seguía se dieron cuenta de la situación y el pidieron al conductor que parara.
Las visitas a Gurrea de Gállego eran muy habituales y la charanga era como de casa, había mucha familiaridad. Una de las mañanas de la fiesta se celebraba almorzando las típicas migas. Dada la confianza, uno de los componentes del grupo llevó un saco de melones, era la época y los melones era de cosecha propia. Ni corto ni perezoso uno del pueblo que estaba comiendo migas viendo la abundancia de melones quiso llevarse un par para casa, sin suerte, porque al saco de los melones no le quitaban ojo, eran melones para repartir en el almuerzo y no en una casa particular.
Al pueblo de Monchales, Guadalajara, acudían dos veces al año, una en mayo para la celebración de San Pascual Bailón y otra en septiembre para celebrar la fiesta mayor en honor de Nuestra Señora de los Remedios. En esta celebración por la tarde la charanga recorría las calles del pueblo. Se paraba el recorrido y se rezaba el rosario y luego volvía la charanga con el pasacalles. En ese pueblo les llamó la atención la procesión, se sacaba a la Virgen de los Remedios en andas y se hacía un recorrido por las principales calles del pueblo. Una vez terminado el recorrido, en la plaza se procedía a hacer una subasta de los brazos de las andas, para entrar la Virgen a la Iglesia. Los que más pujaban entraban la Virgen a la Iglesia. Costumbres curiosas que llamaron poderosamente la atención y que no han visto en otros lugares.
También la fiesta del caracol en Lérida ha sido uno de los eventos sorprendentes para ellos, una fiesta gastronómica que empezó siendo una comida entre amigos y terminó siendo uno de los eventos gastronómicos del país que más gente reúne. Lo amenizaron durante varios años, cuando su fama iba en aumento.
No cabe duda de que han conocido muchos lugares, muchos tipos de fiestas y muchas costumbres que han dejado honda huella en su recuerdo. Podrían construirse leyendas en torno a las miles de anécdotas y aventuras vividas en estos treinta y cinco años, pero con esta pequeña muestra es más que suficiente para dejar patente lo vivido.
Me quedo con la idea de que después de treinta y cinco años tienen la sensación de haber dejado buen sabor de boca en todos los lugares por los que han pasado.


EL PIMENDÓN Periódico de Robres Nº 161 Enero-Marzo 2019


EL PIMENDÓN  Periódico de Robres 
 Nº 161  Enero-Marzo 2019


FIESTAS DE SAN BLAS 2019

San Blas, nuestra fiesta patronal mayor


Comidas de encuentro y convivencia
El calendario santoral fija la festividad de nuestro patrón San Blas el día 3 de febrero, por lo que nuestras fiestas mayores son las de invierno. Como este año la climatología acompañó poco , la carpa instalada en el frontón se erigió en local permanente de los actos públicos, como  bailes, conciertos y comidas. La ermita de San Blas y la Iglesia acogieron los actos religiosos.
Como   muy bien refleja Luis Manuel en su  reportaje de la mañana de San Blas, la misa en la ermita con el beso a la reliquia y el reparto de magdalenas bendecidas, así como las migas en el patio de Manolo Gardeta constituyen el arranque más genuino y tradicional de nuestra fiesta.
El otro día central de la misma es el día, la fiesta de Sta Águeda, que ha pasado a ser el día reivindicativo del protagonismo social de la mujer al amparo de la Santa, ya que el 8 de Marzo se ha constituido en el día de la reivindicación laica de los derechos de la mujer en todo el mundo.
Los actos programados en el distintos días nos congregaron a todos en los bailes con las orquestas La Faina, Séptima Avenida, Nueva Saturno y el Concierto de Olga y los Ministriles en el a tarde del día 3.
El derby futbolístico con el A.D. Almudévar, los talleres para niños, la cena popular y la comida de Sta Águeda ofrecieron entretenimiento y disfrute para todos los vecinos y visitantes que se acercaron a Robres, especialmente en el fin de semana.





Baile y conciertos



Talleres para los niño/as







Animación de calle

































UN AÑO MÁS, UNA MAÑANA MÁS…


Luis Manuel
Beso de la reliquia de S. Blas y reparto de magdalenas bendecidas
Llegados a cierta edad, a esa edad en que los días caminan lentos y los años rápidos, a esa edad que vuelven a tu mente casi a diario recuerdos, vivencias, emociones, tradiciones… A esa edad que valoras sobremanera el encuentro y la amistad por encima de tantas y tantas cosas que el tiempo se encarga de arrinconar sin piedad alguna… Pues eso, la mañana de San Blas en Robres es encuentro, es amistad, es tradición… es el sentir compartido de un pueblo que celebra la fiesta del patrón con orgullo en torno a esa misa a las nueve de la mañana en la recoleta ermita del Parque, con esas reliquias ancestrales del Santo, que cada cual venera según le dicta su corazón, con esas magdalenas que se bendicen a los pies del que fuera Obispo de Armenia, con esa apreciada foto de familia, con ese encuentro con algunos robresinos que no olvidan ese tres de febrero y se acercan puntuales cada año a la cita matutina y con esas tradicionales migas en casa de Manolo Gardeta que hacen que se prolongue el encuentro hasta bien entrada la mañana en un ambiente de recuerdos, de vivencias y de emociones. No faltan los chascarrillos y las anécdotas en torno a la celebración y no faltan esos convecinos veteranos que en su día fueron protagonistas de esa mañana de San Blas en nuestro pueblo: Pedro, Esteban, Mariano, Manolo, Antonio, Lorenzo, Rafa… Su presencia le da a la mañana ese toque festivo-familiar que aglutina en torno a ellos tantos y tantos años de experiencias nacidas de las raíces más profundas de nuestro pueblo y que no dudan en compartir para goce y disfrute de los más jóvenes.  Pedro se arrancó con estas dos  joticas que improvisó y cantó a capela Pedro
No sé cómo dios me ha dau
tanta fuerza pa el descanso
tanta gana de comer
Migas en Casa Manolito
y tanto amor al morapio

Me gusta beber vino
entre amigos y en barral
bailar con zagalas guapas
y juntos jotas cantar


Un año más, una mañana más en la que se echa en falta ese relevo generacional que, en mi opinión, no acaba de llegar con el entusiasmo que sería deseable para que nuestras tradiciones sigan vivas  por los años y los años…





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Más de  700 corredores en el  V Trail de Robres

Ana Revilla y Javier Bielsa fueron los ganadores.


El domingo   20 de Enero se celebró enRobres el V Monegros Trail Barri reuniendo a un total  de 705 corredores. La prueba daba a elegir entre dos  opciones de recorrido: uno de 10 kilómetros, que se dirigía a los recién iniciados en esta disciplina, y otro de 16, especialmente pensado para los más experimentados.











 Ambiente colorido y animado




 















 Jorge Salas Ausens ganador del circuito corto





 Trio de robresinos en meta

El circuito fue atravesado emblemáticos puntos de la sierra, como el barranco Zaragoza, el camino viejo, la senda Puntaza o la subida a Puy Ladrón.


Esta prueba, la segunda puntuable del circuito Monegrostrail, estuvo organizada por el Ayuntamiento de Robres, la Comarca de Los Monegros y el club Monegrosman Triatlón.

Los primeros en cruzar la meta fueron, evidentemente,  los participantes del recorrido corto. En categoría masculina, el ganador ha sido Jorge Salas (Zona Sport-Frutas Villapepita), montisonenese con ascendencia robresina; Yazar Perales (segundo) y Eduardo Suárez (tercero) quienes subieron al pódium. En féminas, la vencedora  de este recorrido corto fue la corredora local Sandra Cuello, seguida de  Noelia Marqués (segunda) y Gisela Miralles (tercera).

En el trail largo, de 16 kilómetros, los ganadores del premio de montaña fueron Toño Muro y Ana Revilla. La corredora zaragozana logró mantener esta primera posición hasta el final, consiguiendo una nueva victoria en Robres, por delante de Cuca Penades (Cuarte de Huerva) y de Raquel Villamón (Azuara Corre).

En categoría masculina, la clasificación dió un vuelco en la recta final, pues  Javier Bielsa (Kilómetro 0 Caspe) protagonizó una gran remontada en los últimos kilómetros hasta hacerse con la victoria. A tan solo unos segundos, entró Toño Muro (CCR Trail) y después, Antonio Lasobras (Cinco Villas).
 En la clasificación por equipos fue  el Club Atletismo Cuarte de Huerva quien consiguió  la victoria en categoría femenina y el Club Cinco Villas, en la masculina.

En categoría local, el mejor  corredor fue ha sido Anselmo Conte y entre los comarcales, David Ezquerra (Sariñena) y Tere Gutiérrez (Leciñena).

El campo de futbol San Blas y su entorno presentaba un aspecto espectacular ya en los momentos previos a la carrera con una climatología muy agradable y la afluencia de participantes, acompañantes y espectadores que aseguraba unas condiciones óptimas para l@s corredo@s y el público.

 Anselmo Conte y su hijo, dos generaciones en la carrera
La Asociación de Mujeres y el Grupo de Quint@s brindaron una inestimable y eficaz colaboración a los organizadores facilitando así la atención y servicio de intendencia a l@s participantes.
Destacar y  aplaudir finalmente la numerosa y destacada participación de robresin@s en este Traid de lo que dejamos testimonio gráfico en la foto de Grupo tras la carrera.












Grupo de atletas robresinos




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REFLEXIONES


Ruinas, cambios, porvenir…
Carlos Bolea

 
Pajares derruidos, eras abandonadas, corrales sin tejados de los que sólo quedan restos de paredes de piedras de yeso, yermos plagados de sosas y sisallos, antiguos caminos intransitables, almacenes vacíos, en desuso, remolques aparcados definitivamente por pequeños, herrumbrosos arados anclados entre espigadilla…, todo cuanto miro que miré de niño son ruinas, despojos de lo que un día florecía y tenía vida. Mi mirada infantil todo lo agigantaba. Tan grande todo entonces, carros, tractores, cosechadoras, corrales y parideras, tan pequeños e inservibles ahora. Muchos críos antes, bullicio y carreras por las calles, las escuelas llenas, gente yendo y viniendo, pobreza y escaseces pero animación y vida. Casas vacías ahora, más coches que personas, pocos críos, población envejecida, desiertas calles a cualquier hora, pocas tiendas, poca pobreza pero más soledad y vacío.
  En no tantos años la modernización de la maquinaria agrícola y la manera de desarrollar las labores en el campo así como las explotaciones ganaderas, especialmente las porcinas, ha supuesto un cambio espectacular. Los que aún viven que labraban con machos y yeguas, dallaban el alfalce, apilaban las pacas a mano, limpiaban las acequias a jada, sacaban el fiemo de las cuadras a horca… no creo que quisieran regresar a trabajar tan duramente como entonces, aunque, por edad, ya no podrían. Pero quizá algunos, no sólo los mayores, tampoco vean tan claro adónde nos va a llevar esta forma actual de cultivar. Purín a manta, sulfatos a todas horas, no dejar casi nada en barbecho. Si todavía hay alguien que piense, muchos urbanitas desconocen casi todo de la vida rural, que en los pueblos siempre se respira paz, tranquilidad y sosiego, que se acerque a uno cuando dan lluvia y hay hierbas que matar en las cebadas y trigos, verá las prisas y el trajín de tractores con sulfatadoras por todo el monte. Da la impresión a veces de que hay que trabajar la tierra, criar cerdos, terneros, pollos y corderos como si estuviéramos haciendo acopio por si esto estallara algún día. Unas cosas llevan a otras. Se invierte en grandes tractores, cosechadoras, sembradoras etc. y hay que amortizarlo como sea. Cuanta más tierra mejor, más de una granja para que sean rentables, muchos terneros, muchas ovejas, quien quede porque la mayoría, ya mayores, se las van quitando, y así en una espiral de más y más que no da tregua. Sí, el estrés también se ha instalado en los pueblos.
  Si dejamos la escala local y echamos la vista a la global, que todo está interconectado, el panorama que se vislumbra no es nada tranquilizador. Todo son vaivenes, decisiones de los poderes económicos y políticos con visión miope e interesada, todo para el corto plazo, siempre buscando el beneficio del partido, Comunidad, país o grupo social correspondiente, nada de velar por conservar el medio ambiente y mantener este planeta aún vivo para nuevas generaciones o de tratar de paliar con medidas sociales a los más desfavorecidos. Cuesta mantener cierta esperanza cuando comprobamos que lo mejor que sabemos practicar es el egoísmo y el enfrentamiento entre los humanos. Por otro lado, también sabemos que la ciencia no se estará quieta. La IA (inteligencia artificial) nos deparará continuas sorpresas y novedades, la biotecnología nos permitirá hacernos más viejos, la robótica desempeñará trabajos insospechados, los algoritmos decidirán sin margen de error lo que a las personas da tantos quebraderos de cabeza y, piensan algunos, hasta colonizaremos otros planetas porque éste estará hecho unos zorros.
  Siguen totalmente vigentes, más aún que entonces, las agudas reflexiones del poeta portugués Fernando Pessoa, en la primera mitad del s.XX, cuando en su sugestivo El libro del desasosiego decía que lo que le faltaba a su tiempo era quietud, sosiego y serenidad. Nos dominan las prisas, la aceleración en todo. ¿Qué buscamos?, ¿Qué queremos? No es fácil hallar sentido al rumbo de nuestro tiempo ni a muchas de nuestras iniciativas y decisiones. Y aun así hemos de tratar de encontrar nuestro lugar en el mundo, individual y colectivamente. No debemos cerrar los ojos ante tantos desmanes y arbitrariedades pero tampoco acertaríamos si nos limitáramos a lamentarnos y a despotricar contra todo. Se necesita lucidez,  reflexión y miras amplias. En lo social los cantos de sirena sobre soluciones contundentes suenan a desgraciadas historias del pasado, no acabamos de aprender sus enseñanzas, y en lo individual, ya en la edad madura, no olvidemos que el tiempo es implacable: el ayer no vuelve pero tampoco desaparece, sigue con nosotros y desde un presente que de él viene nos irá también determinando el mañana. Quedarnos ensimismados en la nostalgia y el recuerdo no nos va a devolver nada de lo perdido pero hacer tabla rasa, o pensar que se puede hacer, de lo de entonces, lo vivido y sus circunstancias, tampoco nos permitirá forjarnos un futuro desligado totalmente de lo que hemos venido siendo.