EL PIMENDÓN Periódico de Robres
Nº 161 Enero-Marzo 2019
FIESTAS DE SAN BLAS 2019
San Blas,
nuestra fiesta patronal mayor
Comidas de encuentro y convivencia |
El calendario santoral fija la festividad de nuestro patrón
San Blas el día 3 de febrero, por lo que nuestras fiestas mayores son las de
invierno. Como este año la climatología acompañó poco , la carpa instalada en
el frontón se erigió en local permanente de los actos públicos, como bailes, conciertos y comidas. La ermita de
San Blas y la Iglesia acogieron los actos religiosos.
Como muy bien refleja
Luis Manuel en su reportaje de la mañana
de San Blas, la misa en la ermita con el beso a la reliquia y el reparto de
magdalenas bendecidas, así como las migas en el patio de Manolo Gardeta
constituyen el arranque más genuino y tradicional de nuestra fiesta.
El otro día central de la misma es el día, la fiesta de Sta
Águeda, que ha pasado a ser el día reivindicativo del protagonismo social de la
mujer al amparo de la Santa, ya que el 8 de Marzo se ha constituido en el día
de la reivindicación laica de los derechos de la mujer en todo el mundo.
Los actos programados en el distintos días nos congregaron a
todos en los bailes con las orquestas La Faina, Séptima Avenida, Nueva Saturno
y el Concierto de Olga y los Ministriles en el a tarde del día 3.
El derby futbolístico con el A.D. Almudévar, los talleres
para niños, la cena popular y la comida de Sta Águeda ofrecieron
entretenimiento y disfrute para todos los vecinos y visitantes que se acercaron
a Robres, especialmente en el fin de semana.
Baile y conciertos |
Animación de calle |
UN AÑO MÁS, UNA MAÑANA MÁS…
Luis Manuel
Beso de la reliquia de S. Blas y reparto de magdalenas bendecidas |
Llegados a
cierta edad, a esa edad en que los días caminan lentos y los años rápidos, a
esa edad que vuelven a tu mente casi a diario recuerdos, vivencias, emociones,
tradiciones… A esa edad que valoras sobremanera el encuentro y la amistad por
encima de tantas y tantas cosas que el tiempo se encarga de arrinconar sin
piedad alguna… Pues eso, la mañana de San Blas en Robres es encuentro, es
amistad, es tradición… es el sentir compartido de un pueblo que celebra la fiesta
del patrón con orgullo en torno a esa misa a las nueve de la mañana en la
recoleta ermita del Parque, con esas reliquias ancestrales del Santo, que cada
cual venera según le dicta su corazón, con esas magdalenas que se bendicen a
los pies del que fuera Obispo de Armenia, con esa apreciada foto de familia,
con ese encuentro con algunos robresinos que no olvidan ese tres de febrero y
se acercan puntuales cada año a la cita matutina y con esas tradicionales migas
en casa de Manolo Gardeta que hacen que se prolongue el encuentro hasta bien
entrada la mañana en un ambiente de recuerdos, de vivencias y de emociones. No
faltan los chascarrillos y las anécdotas en torno a la celebración y no faltan
esos convecinos veteranos que en su día fueron protagonistas de esa mañana de
San Blas en nuestro pueblo: Pedro, Esteban, Mariano, Manolo, Antonio, Lorenzo,
Rafa… Su presencia le da a la mañana ese toque festivo-familiar que aglutina en
torno a ellos tantos y tantos años de experiencias nacidas de las raíces más
profundas de nuestro pueblo y que no dudan en compartir para goce y disfrute de
los más jóvenes. Pedro se arrancó con
estas dos joticas que improvisó y cantó
a capela Pedro
No sé cómo dios me ha dau
tanta fuerza pa el descanso
tanta gana de comer
Migas en Casa Manolito |
y tanto amor al morapio
Me gusta beber vino
entre amigos y en barral
bailar con zagalas guapas
y juntos jotas cantar
Un año más, una mañana más en la que se echa en falta ese
relevo generacional que, en mi opinión, no acaba de llegar con el entusiasmo
que sería deseable para que nuestras tradiciones sigan vivas por los años y los años…
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Más de 700 corredores en
el V Trail de Robres
Ana Revilla y Javier
Bielsa fueron los ganadores.
El
domingo 20 de Enero se celebró enRobres
el V Monegros Trail Barri reuniendo a un total
de 705 corredores. La prueba daba a elegir entre dos opciones de recorrido: uno de 10 kilómetros,
que se dirigía a los recién iniciados en esta disciplina, y otro de 16,
especialmente pensado para los más experimentados.
El circuito fue atravesado emblemáticos puntos de la
sierra, como el barranco Zaragoza, el camino viejo, la senda Puntaza o la
subida a Puy Ladrón.
Esta prueba, la segunda puntuable del circuito
Monegrostrail, estuvo organizada por el Ayuntamiento de Robres, la Comarca
de Los Monegros y el club Monegrosman Triatlón.
Los primeros en cruzar la meta fueron, evidentemente, los participantes del recorrido corto. En
categoría masculina, el ganador ha sido Jorge Salas (Zona
Sport-Frutas Villapepita), montisonenese con ascendencia robresina; Yazar
Perales (segundo) y Eduardo Suárez (tercero) quienes
subieron al pódium. En féminas, la vencedora de este recorrido corto fue la corredora
local Sandra Cuello, seguida de Noelia Marqués (segunda)
y Gisela Miralles (tercera).
En el trail largo, de 16 kilómetros, los ganadores del
premio de montaña fueron Toño Muro y Ana Revilla. La corredora
zaragozana logró mantener esta primera posición hasta el final, consiguiendo
una nueva victoria en Robres, por delante de Cuca Penades (Cuarte
de Huerva) y de Raquel Villamón (Azuara Corre).
En categoría masculina, la clasificación dió un vuelco
en la recta final, pues Javier Bielsa (Kilómetro 0 Caspe)
protagonizó una gran remontada en los últimos kilómetros hasta hacerse con la
victoria. A tan solo unos segundos, entró Toño Muro (CCR
Trail) y después, Antonio Lasobras (Cinco Villas).
En la clasificación por equipos fue el Club Atletismo Cuarte de Huerva quien consiguió
la victoria en categoría femenina y el
Club Cinco Villas, en la masculina.
En categoría local, el mejor corredor fue ha sido Anselmo Conte y
entre los comarcales, David Ezquerra (Sariñena) y Tere
Gutiérrez (Leciñena).
El campo de futbol San Blas y su entorno presentaba un
aspecto espectacular ya en los momentos previos a la carrera con una
climatología muy agradable y la afluencia de participantes, acompañantes y
espectadores que aseguraba unas condiciones óptimas para l@s corredo@s y el
público.
Anselmo Conte y su hijo, dos generaciones en la carrera |
La Asociación de Mujeres y el Grupo de Quint@s
brindaron una inestimable y eficaz colaboración a los organizadores facilitando
así la atención y servicio de intendencia a l@s participantes.
Destacar y aplaudir finalmente la numerosa y destacada
participación de robresin@s en este Traid de lo que dejamos testimonio gráfico
en la foto de Grupo tras la carrera.
Grupo de atletas robresinos |
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REFLEXIONES
Ruinas, cambios, porvenir…
Carlos Bolea
Pajares derruidos, eras abandonadas, corrales sin
tejados de los que sólo quedan restos de paredes de piedras de yeso, yermos
plagados de sosas y sisallos, antiguos caminos intransitables, almacenes
vacíos, en desuso, remolques aparcados definitivamente por pequeños,
herrumbrosos arados anclados entre espigadilla…, todo cuanto miro que miré de
niño son ruinas, despojos de lo que un día florecía y tenía vida. Mi mirada
infantil todo lo agigantaba. Tan grande todo entonces, carros, tractores,
cosechadoras, corrales y parideras, tan pequeños e inservibles ahora. Muchos
críos antes, bullicio y carreras por las calles, las escuelas llenas, gente
yendo y viniendo, pobreza y escaseces pero animación y vida. Casas vacías
ahora, más coches que personas, pocos críos, población envejecida, desiertas
calles a cualquier hora, pocas tiendas, poca pobreza pero más soledad y vacío.
En no tantos años la modernización de la maquinaria agrícola y la manera
de desarrollar las labores en el campo así como las explotaciones ganaderas,
especialmente las porcinas, ha supuesto un cambio espectacular. Los que aún
viven que labraban con machos y yeguas, dallaban el alfalce, apilaban las pacas
a mano, limpiaban las acequias a jada, sacaban el fiemo de las cuadras a horca…
no creo que quisieran regresar a trabajar tan duramente como entonces, aunque,
por edad, ya no podrían. Pero quizá algunos, no sólo los mayores, tampoco vean
tan claro adónde nos va a llevar esta forma actual de cultivar. Purín a manta,
sulfatos a todas horas, no dejar casi nada en barbecho. Si todavía hay alguien
que piense, muchos urbanitas desconocen casi todo de la vida rural, que en los
pueblos siempre se respira paz, tranquilidad y sosiego, que se acerque a uno
cuando dan lluvia y hay hierbas que matar en las cebadas y trigos, verá las
prisas y el trajín de tractores con sulfatadoras por todo el monte. Da la
impresión a veces de que hay que trabajar la tierra, criar cerdos, terneros,
pollos y corderos como si estuviéramos haciendo acopio por si esto estallara algún
día. Unas cosas llevan a otras. Se invierte en grandes tractores, cosechadoras,
sembradoras etc. y hay que amortizarlo como sea. Cuanta más tierra mejor, más
de una granja para que sean rentables, muchos terneros, muchas ovejas, quien
quede porque la mayoría, ya mayores, se las van quitando, y así en una espiral
de más y más que no da tregua. Sí, el estrés también se ha instalado en los
pueblos.
Si dejamos la
escala local y echamos la vista a la global, que todo está interconectado, el
panorama que se vislumbra no es nada tranquilizador. Todo son vaivenes,
decisiones de los poderes económicos y políticos con visión miope e interesada,
todo para el corto plazo, siempre buscando el beneficio del partido, Comunidad,
país o grupo social correspondiente, nada de velar por conservar el medio
ambiente y mantener este planeta aún vivo para nuevas generaciones o de tratar
de paliar con medidas sociales a los más desfavorecidos. Cuesta mantener cierta
esperanza cuando comprobamos que lo mejor que sabemos practicar es el egoísmo y
el enfrentamiento entre los humanos. Por otro lado, también sabemos que la
ciencia no se estará quieta. La IA (inteligencia artificial) nos deparará
continuas sorpresas y novedades, la biotecnología nos permitirá hacernos más
viejos, la robótica desempeñará trabajos insospechados, los algoritmos
decidirán sin margen de error lo que a las personas da tantos quebraderos de
cabeza y, piensan algunos, hasta colonizaremos otros planetas porque éste
estará hecho unos zorros.
Siguen
totalmente vigentes, más aún que entonces, las agudas reflexiones del poeta
portugués Fernando Pessoa, en la primera mitad del s.XX, cuando en su sugestivo
El libro del desasosiego decía que lo que le faltaba a su tiempo era
quietud, sosiego y serenidad. Nos dominan las prisas, la aceleración en todo.
¿Qué buscamos?, ¿Qué queremos? No es fácil hallar sentido al rumbo de nuestro
tiempo ni a muchas de nuestras iniciativas y decisiones. Y aun así hemos de
tratar de encontrar nuestro lugar en el mundo, individual y colectivamente. No
debemos cerrar los ojos ante tantos desmanes y arbitrariedades pero tampoco
acertaríamos si nos limitáramos a lamentarnos y a despotricar contra todo. Se
necesita lucidez, reflexión y miras
amplias. En lo social los cantos de sirena sobre soluciones contundentes suenan
a desgraciadas historias del pasado, no acabamos de aprender sus enseñanzas, y
en lo individual, ya en la edad madura, no olvidemos que el tiempo es
implacable: el ayer no vuelve pero tampoco desaparece, sigue con nosotros y desde
un presente que de él viene nos irá también determinando el mañana. Quedarnos
ensimismados en la nostalgia y el recuerdo no nos va a devolver nada de lo
perdido pero hacer tabla rasa, o pensar que se puede hacer, de lo de entonces,
lo vivido y sus circunstancias, tampoco nos permitirá forjarnos un futuro
desligado totalmente de lo que hemos venido siendo.
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