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8 may 2012

"El Pimendón" Nº 133 ( En-Mar 2012)

















REPORTAJES

Inauguración del Gimnasio y vestuarios


Una apuesta saludable y sostenible que coloca a Robres como


 referente vanguardista de los pueblos monegrinos.
                                                                                                                                                                                Pedro Oliván
Una de las frases con las que el presidente del Instituto Aragonés del Agua, Alfredo Cajal, enfatizó la gestión municipal del equipo de gobierno y de su alcal­de, Antonio Luna, durante estos nueve años trabajando por dotar a Robres de un equipamiento básico y sostenible de servicios ciudadanos que permitan fijar po­blación con calidad de vida en el medio rural monegrino.
Abrió el acto de inauguración el alcalde Antonio Luna, acompa­ñado de la corporación municipal y de una represen­tación institucional completa de cargos del PAR: Al­fredo Cajal, director del Instituto Aragonés del Agua; Alfonso Salillas, presidente de la Comarca de Los Monegros; José María Abarca, presidente de la Co­marca de la Jacetania; Joaquín Serrano, diputado provincial, y alcaldes de Monegros: Senés, Peñal­ba, Torralba, Albalatillo..., así como de numerosos vecinos de Robres que quisieron vivir este singular acontecimiento.
Con un discurso muy estructurado y ajustado, se fue refiriendo a las gestiones continuadas y complejas llevadas a cabo en estos años para po­der llegar a hacer realidad esta obra. Manifestó su agradecimiento a los distintos departamentos del Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Huesca que han apoyado este proyecto, así como a los miembros de su equipo municipal: Eva, Rafa y Domingo, que se han entregado con entusiasmo en sacar adelante el mismo. Palabras de agradecimien­to también para dos vecinos, Óscar Brosed y Loren­zo Lasheras, por su colaboración desinteresada en el transporte y montaje de máquinas y aparatos, y finalmente a todos aquellos vecinos que han creído y apoyado la gestión de un proyecto atractivo y no­vedoso, y a todos los presentes por su asistencia.
En una reflexión abierta, fue poniendo de relieve también las posiciones críticas que, de una forma u otra, le habían llegado contra el proyecto de este gimnasio-spa en un pueblo como Robres, y más aho­ra, en medio de una severa crisis socioeconómica. Sin entrar en polémicas y respetando estas opiniones contrarias que cualquier vecino es libre de ex­presar, se centró en valorar y agradecer las opinio­nes y críticas razonadas que han aportado ideas de corrección y de viabilidad mejorable a un proyecto complejo como este. Un proyecto inimaginable para nuestros antepasados, nuestros vecinos emigran­tes y para todos los vecinos presentes y visitantes o de la Comarca que van a incrementar la calidad de vida y hacer más atractiva la futura residencia en nuestro pueblo. Un proyecto inacabado todavía, pero del que se va a poder disfrutar ya de la mitad del mismo desde el día de hoy y que se intentará completar el resto con el mismo ritmo y dedicación que se ha llevado hasta ahora en función de las po­sibilidades reales que se vayan dando.
Tras estas palabras del alcalde, largamente aplaudidas, habló Adolfo Cajal, presidente del Ins­tituto Aragonés del Agua, subrayando la línea del discurso del alcalde y felicitándole por la encomia­ble gestión municipal que viene realizando y recono­ciéndosela en nombre del PAR. Puso de relieve la importancia de que el medio rural se vaya dotando de infraestructuras de servicios que tiendan a igua­larse con los propiciados en la ciudad, como es esta instalación deportiva y de mantenimiento físico refe­rente para la Comarca de Los Monegros y que sitúa a Robres en la vanguardia de los pueblos emprende­dores y en la línea de un desarrollo sostenible.
Autoridades y público presente pasamos a visi­tar el interior de las instalaciones y su equipamiento: sala de relajación y de gimnasia, sala de aparatos: cicling, cinta de atletismo, pesas, remo, espalderas, sala de masaje, vestuario y duchas.
En la sala de relajación y gimnasia el alcalde presen­tó a la monitora que estará al frente de las actividades del gimnasio, quien en breves pa­labras comentó la variedad de actividades iniciales que se iban a ofertar y que se recogen en el folleto de presentación e inscripción facilitado a todos, poniéndose a la disposición de todos los usuarios para aseso­rarles en el uso adecuado de los aparatos y animándonos a dedicar un poco de tiempo a cuidar nuestro cuerpo en unas instalaciones tan completas.
Un aperitivo ofrecido en el Salón permitió intercambiar impresiones sobre las instala­ciones inauguradas y contactar con los políticos de forma directa y distendida. Oca­siones que no se deben desperdiciar para hacerles llegar las inquietudes y necesidades como ciuda­danos.

LOS CARNAVALES

Desinhibición festiva tras el disfraz y la máscara 


Pedro Oliván
Las fiestas de carnaval cons­tituyen un hito muy especial en el transcurrir de cada periodo anual de nuestra vida social. La rutina del tra­bajo diario jalonado por el descanso semanal, las fiestas locales y las más íntimas o familiares las organizamos todas bajo unas pautas de normali­dad o corrección social. Pues aunque nos excedamos o extralimitemos en comida, bebida, comportamientos eufóricos… no alcanzan nunca esa actitud de desinhibición y de juego desenfadado y hasta desenfrenado en el que deseamos entrar en la fies­ta de Carnaval.
Los estudiosos de las tradicio­nes y de los comportamientos colec­tivos del ser humano a lo largo de nuestra breve todavía historia, y especialmente aquellos etnólogos que utilizan en su estudio principios básicos del psicoanálisis como represión, inhibición, instinto, libido, alienación, neurosis…, intentan encontrar una explica­ción coherente a un fenómeno social tan ansioso de libe­ración festiva de represiones sufridas inconscientemente al menos una vez al año en los carnavales.

Origen y sentido del Carnaval

La discusión sobre el origen del Carnaval o los cam­bios que ha ido teniendo a lo largo de los tiempos pierde interés si no lo hacemos en referencia a la configuración cultural y civilizada de cada sociedad.
Nuestra civilización occidental nos viene de la antigua Grecia (ss. VI a. C. - III d. C.), de la antigua Roma (ss. IIIa IV), es decir, origen grecolatino. Pero una civilización que pasa a ser filtrada desde el s. IV por el cristianismo y desde el s. XVI por el catolicismo en toda la parte sur de Europa.
Creo que con este apunte podemos entender la fe­cha en que se celebra el Carnaval, variable en función del inicio de un tiempo católico: la Cuaresma.
¿A qué les debe sonar esto de la Cuaresma a los jóvenes? ¿Qué pautas de comportamiento debía adop­tar (se le exigía) un cristiano católico? Lo desconocen. Y esa referencia es muy importante para comprender lo que representa sociológicamente el Carnaval, por qué las autoridades religiosas han influido en las autoridades po­líticas en ciertas épocas para prohibir esta fiesta y por qué se ha recuperado con fuerza en España en cuanto recuperamos nuestro modo de vivir en democracia.
La palabra "carnaval" proviene de la expresión latina carnelevare, luego modificada a carne vale, que quiere decir "sin carne", "dejar la carne", en referencia al pe­riodo ritual de abstinencia y rigores para el cuerpo que suponía la Cuaresma que comenzaba al día siguiente de la finalización del Carnaval, el Miércoles de Ceniza.
Es un preludio a los rigores de la Cuaresma, un lapso de tres días de supuesta desinhibición y "locura", sobre todo en los territorios tradicionalmente católicos.
El Carnaval fue introducido y desplegado en Euro­pa durante la Edad Media y constituye un ritual cultural ligado estrictamente al cristianismo. En esos carnavales se podían ver combates de confeti, carros alegóricos, ca­rreras de caballos y jorobados, así como muchas otras manifestaciones populares enriquecidas con iluminación de velas. Algunos rastros de violencia, que eran parte del ritual, se eliminaron gradualmente y el supuesto "liberti­naje" fue parcialmente reemplazado por juegos y carica­turas de temas macabros.
El Renacimiento supuso un cambio de estilo de las fiestas organizando los bailes de disfraces, introducidos por el papa Paulo II en el siglo XVI, llevándose a cabo los más famosos en Francia e Italia
En el siglo XIX, la celebración del Carnaval empezó a mostrar un toque artístico, caracterizado por bailes y desfiles de carros alegóricos.

Una fiesta prohibida temporalmente por la Iglesia o por los gobiernos

El factor básico para la represión del Carnaval por los políticos era el miedo a la crítica. Porque mientras la Iglesia dis­ponía de la Cuaresma para reconquistar su orden y sus valores, los gobernan­tes temían las críticas moralizantes del pueblo, como son las chirigotas, se veían indefensos y recurrían a la represión y a la prohibición.
Los intentos de regulación y de pro­hibición qué sufrió el Carnaval en España a partir del Renacimiento fueron conti­nuos. Así, en 1523 Carlos I prohibió que los hombres se enmascarasen. Después, los alcaldes de Madrid prohibieron mu­chos de los actos.
Durante los siglos XIX y XX apenas hay noticias de disturbios y violencia de importancia en las celebracio­nes.
Durante la Guerra Civil y la posguerra, el Carnaval se suspendió con algunas excepciones, como fue la zona del Sobrarbe en Huesca, que lo siguieron celebrando. Una circular del gobernador general del Estado en febrero de 1937 prohibió absolutamente el Carnaval. Pero con el paso del tiempo y el afianzamiento del régimen dictato­rial estas restricciones se fueron suavizando.

El Carnaval, hoy

En la sociedad española esta recuperación del Car­naval se ha ido extendiendo progresivamente durante este nuevo y largo periodo democrático que disfrutamos favorecido por los medios de comunicación y el interés consumista del capitalismo, que asesorado por esos téc­nicos en psicología y sociología, procura edulcorarnos la vida a mitad del invierno.
Y como nos comenta nuestra concejala de Cultura y Festejos, Eva Luna:
El día de Carnaval es un día festivo y desenfadado que hace que disfrutemos tanto los pequeños de la casa por la tarde con la orquesta y los más mayores en la sesión de noche.
Dejamos ese miedo escénico o esa vergüenza y, aun­que sea por una vez al año, aparcamos el estrés, la crisis y los problemas, nos ponemos nuestro mejor disfraz, y a pasar un buen rato.
Cada año insisto en lo mismo, y me alegro de ello: cada vez hay más público disfrazado, y es que es un día muy divertido y a la vez competitivo por el concurso al mejor disfraz.

Como en las imágenes se demuestra, fue un día muy divertido.
¡¡El año que viene más y mejor!!