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1 feb 2013

Seguimos aquí y con ganas de seguir

EDITORIAL Nº 136:

Seguimos aquí y con ganas de seguir.

El calendario no es más que un recurso que el Homo Sapiens Sapiens inventó como instrumento de referencia para orientarse en el tiempo y señalar esas mismas referencias a los demás para poderse comunicarse, fijar pactos y acontecimientos.  Tales instrumentos de medida del tiempo, es decir, los calendarios, son convencionales a cada civilización o cultura, lo que provoca confusiones y malentendidos si se pretenden interpretar desde culturas ajenas.
El fin del mundo es otro concepto que ha ido configurando y  verbalizando cada civilización y cada cultura como algo que tendrá que ocurrir por  propio principio natural, por lógica, por voluntad de alguien o por reducción al absurdo. Un concepto duro de explicar y que tiene ocupadas muchas mentes muy sesudas.
¿Bueno, y a santo de qué esta digresión filosófica precisamente en El Pimendón?. 
Pues para servirnos de otra de las ocurrencias mediáticas que se han montado  los medios de comunicación este fin de año con esa referencia al 21 de diciembre en el que, según el calendario de los Mayas, este mundo se acababa.  Bueno, pues, ya veis: hemos sacado otro Pimendón,  lo estáis leyendo y el mundo sigue girando sobre sí mismo, en torno al sol y no sabemos en torno a qué más o en qué dirección. De eso ya se encargan de teorizar los astrónomos, los físicos, los filósofos y las religiones.
De momento, nosotros seguimos aquí a pesar de esta dura crisis que nos está carcomiendo ese bienestar social al que ya nos habíamos acostumbrado  creyendo que funcionaría por inercia; a pesar de esa sequía endémica en estas tierras monegrinas  que tan dura hicieron la supervivencia a nuestros antepasados y que sigue lastrando nuestros recursos agrícolas;  a pesar de los drásticos recortes que el actual Gobierno está infligiendo en todos los ámbitos socioeconómicos y en los servicios públicos básicos e irrenunciables; a pesar de ese destape  tardío de una vergonzante corrupción e inmoralidad en algunos dirigentes políticos, miembros de instituciones, banqueros, en los mercados especuladores… que han urdido una trama de desvío de dinero público, vaciando el granero colectivo y lanzándonos, además,   la acusación de haber vivido y gastado nosotros, el ciudadano común, por encima de nuestras posibilidades. ¡Eso debe ser: que no hemos pensado más que en gastar en ocio y florituras el dinero que se nos proporcionaba para actividades más responsables y juiciosas!. ¡Vivir para ver!, como oíamos a nuestros abuelos, que ya las habían pasado canutas.
Afortunadamente, a pesar de todo ello,  seguimos aquí y con ganas de seguir. Indignados, cabreados, escarmentados, desencantados y preocupados, muy preocupados de todo lo que está ocurriendo. Pero no por ello vamos a renunciar a disfrutar de las cosas que tan solo dependen de nosotros.
La variedad de actividades  llevadas a cabo en este trimestre en Robres es un ejemplo palpable de ello.